jueves, 19 de junio de 2014

Un museo que muestra que el fútbol está en el alma

La entrada al Museo del Fútbol en Sao Paulo cuesta 6 reales, unos USD 3. Foto: Marcos Vaca/ EL COMERCIO

La pasión tiene un museo. La pasión, por estos días en Brasil, es el fútbol y en Sao Paulo hay un museo dedicado a este deporte. Para los fanáticos, el paseo es como para los niños ir a la fábrica de chocolate de Willy Wonka. Pelé, el rey brasileño del fútbol, es el que sonríe y da la bienvenida a los visitantes en portugués, inglés y español; poco necesario porque el fútbol es por sí solo un idioma mundial. Más que para conocer la historia sirve para recrear los sentidos, como la misma fábrica de chocolate de Willy Wonka. El museo está bajo los graderíos del estadio de Pacaembú en Sao Paulo y en uno de sus primeros niveles está la primera invitación a cerrar los ojos y sentir el fútbol. En unas pantallas se proyectan imágenes de los torcedores brasileños, pero lo más importante no es el video, es el sonido: cánticos, gritos de gol, batucadas, explosiones se oyen tan fuertes como que el visitante estuviera en medio del graderío, rodeado de esos apasionados del fútbol.

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